Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
Él os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
Buhonero de signos y Planetas,
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas.
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas.
Esto la dije, y en cortezas duras
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.
Comentario:
A Dafne huyendo de Apolo es un soneto escrito por Francisco de
Quevedo y Villegas, un poeta madrileño del siglo XVII, que poseía un gran
talento literario en prosa y verso. También era conocido por su enorme cultura
y su implicación crítica en la política de los Austrias. Acudió al libro I de
las Metamorfosis de Ovidio con la intención de aprovechar la conocida
persecución de Dafne por el dios Apolo plasmada con todo lujo de detalles en el
momento de su transformación en laurel. Además acudió al soneto de Garcilaso de
la Vega que enfocaba de un modo más renacentista esta escena de Dafne transformándose en
Laurel, Garcilaso se idealiza en este mito mediante la frustración amorosa de
Apolo con la suya propia con Isabel Freyre. Quevedo usó este mito para avisar
al lector sobre la perturbación del poder regente de su época.
El poema trata sobre una persecución, Apolo que persigue a Dafne, con fines únicamente
sexuales, pero después, Dafne se transforma en un Laurel defraudando así a su
perseguidor. En este poema hay muchas simbologías que habría que analizar una
por una. La voz poética empieza diciendo que a Dafne la persigue un
“alquimista”, aquel que se afana por convertir la flecha de plomo que tiene
clavada Dafne en oro, que es la flecha que a él le ha clavado Cupido. Después,
se sorprende de que Dafne se mantenga “cruda”, un adjetivo que hace verla como
pura carne, un objeto sexual. Luego la compara con un murciélago, ya que está
huyendo y escondiéndose de Apolo que es el dios del Sol, jugando con ese doble
sentido. A continuación expresa el deseo de Apolo de querer gozarla en una
selva tosca y ruda. En el siguiente verso dice que su “está su bolsa muda, el
perro, pues no ladra, está muriendo”, éste verso se refiere a una expresión
popular “dar perro muerto” que significa tener relaciones con una prostituta
sin pagarle. En el primer terceto, Apolo es “buhonero de signos y planetas” que
significa que el sol (Apolo) sigue su órbita por los signos del zodiaco, a
continuación dice que “viene cargado de bochornos y cometas”, el bochorno viene
a que Dafne huye rápida cómo un cometa y Apolo está cansado de perseguirla. Por
último, la voz poética le advierte, y Dafne se transforma en Laurel, dejando al
“Sol a oscuras”, antítesis que utiliza el poeta refiriéndose a que lo deja
desanimado, sin poder conseguir lo que quería. El tema principal de este poema es
la crítica social que se hace mediante la desmitificación del mito clásico de
Apolo y Dafne, con una clara actitud burlesca por parte del autor.
El poema consta de 14 versos endecasílabos (arte mayor), dividido
en dos cuartetos y dos tercetos, por lo tanto con estructura de soneto. La rima
es asonante durante todo el poema, con un esquema de ABBA ABBA CDC DCD. Su transcurso es pausado, exceptuando el
encabalgamiento que aparece en los versos 12 y 13, con motivo de finalización del
poema. También hemos de destacar la frecuente aliteración del fonema “s” con la
función de recrear un clima sigiloso, de persecución. Quevedo es capaz de
marcar el ritmo que él desea mediante el abundante uso de hipérbatos, que
forzarán al lector a adecuarse a las exigencias de lectura del poeta. Otro
aspecto a resaltar es el uso de numerosos substantivos concretos a lo largo del
poema, sobre todo en el momento de la descripción de los personajes, con el
motivo de desmitificar, en este caso, al dios Apolo. El uso de adjetivos
especificativos en el segundo cuarteto, tiene la función de resaltar y hacer
más intenso el significado del substantivo (“la bolsa muda” o “la selva tosca y
ruda”). Éste último, la selva tosca y ruda, hace referencia al tópico literario
de locus amoenus, típico en la literatura renacentista. El laísmo presente en
el primer verso del segundo terceto, puede aludir a la procedencia madrileña
del autor, vulgarizando la frase, y en este caso rebajando el estatus social de
Dafne. La primera parte del poema (dos cuartetos y un terceto) están escritos
en presente, mientras que en el último terceto el poeta decide utilizar el
pretérito imperfecto, indicando al lector que Dafne finalmente consigue huir de
Apolo, y por lo tanto que finaliza entonces el poema. El léxico de éste, va
desde cultismos como el “vos” del primer cuarteto, hasta el prosaísmo, tomando
como a ejemplo la expresión “el perro, pues no ladra, está muerto” (también
expresión típica de su ciudad natal) del octavo verso, con el mismo motivo de
desmitificar tanto al dios Apolo como a la ninfa Dafne. Dicha desmitificación
queda resaltada con la visión general del poema, observando como de la metáfora
clásica del mítico cazador y de la inocente virgen, el autor consigue
convertirlos en el patético exhibicionista y la mujer depravada, que se adecuan
al marco histórico social del momento.
Es un poema corto, la dificultad de su comprensión indica que está
dirigido a un público inteligente, que debe encontrar el sentido connotativo completo
del texto para llegar a una comprensión total de éste. Quevedo consigue su
finalidad a la hora de escribir esta obra, refiriéndome a su propósito de
desmitificar la historia de Apolo y Dafne (ideal grecolatino). Logra que el
mito pierda su valor religioso y doctrinal, y se transforme en una denuncia
social de la situación que se vivía en el siglo, ya que el dinero se
convertiría en el centro de toda actividad de la sociedad. A pesar de ser un
poema sobre mitología griega, el poeta lo convierte en una versión adaptada a
la cultura occidental del momento, de manera que sea bien acogido entre sus
lectores.
Genial la desmitificación del rey, no la de la ninfa q se vuelve Laurel.
ResponEliminaVence la mujer que se transforma en árbol y continúa la vida en la Tierra.
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