En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
Comentario:
Garcilaso de la Vega, autor toledano del soneto XXIII
también conocido como “en tanto que de rosa y azucena”, fue un poeta
renacentista del famoso Siglo de Oro, considerado uno de los mejores escritores
de la literatura española. Fue el introductor de la lírica renacentista con
influencia Italiana en España, y el máximo representante de este movimiento
poético durante el siglo XVI. Se sabe que Garcilaso es procedente de Toledo,
pero la fecha de su nacimiento es indeterminada, datándola entre 1494 y 1503. Garcilaso
es la perfecta imagen del ideal cortesano del Renacimiento, pues su figura no
solo incluía un talento innato para las letras, sino que también poseía destreza
con el arma. Considerado el primer poeta moderno por la manera en la que trata
el tema del amor, escribía con un estilo excepcional para la época, una poesía
intimista y melancólica caracterizada por su manera de redactarla, clara y
naturalista. Garcilaso pasa gran parte de su vida en Italia, donde descubre al
poeta aretino Francesco Petrarca que influye notablemente su obra. Este nuevo
modelo de la lírica renacentista respondía al interés del ser humano como
persona según las ideas humanísticas. El soneto XXIII está dedicado seguramente
a Isabel Freyre, dama portuguesa de la reina y musa de su poesía. Es
probablemente su obra más destacada y reconocida después de su Égloga I.
El poema se divide en 3 partes, claramente diferenciadas
según el tiempo o tiempos verbales predominantes. La primera, versos 1-8, es
una clara descripción idealizada de la mujer, escrita en presente, donde el
autor describe los rasgos físicos de una dama, respecto a su juventud. En ésta,
nos representa el ideal de belleza renacentista, una mujer de cabello dorado, de
tez rosada y blanquecina, labios rojos y largo cuello. El tiempo verbal utilizado
en esta parte, indica que la belleza de la joven es así solo en un efímero
periodo de tiempo, en este caso el presente. La segunda parte, versos 9-11,
tiene la peculiaridad de empezar con un verbo en imperativo, “coged”, con el
fin de remarcar el tema del poema. El yo poético se dirige directamente a la amada, diciéndole que aproveche su
juventud, la primavera, y el dulce fruto producto de ésta, antes de que el
invierno “tiempo airado”, que se entiende como la vejez, haga aparecer canas en
su cabeza (“cubra de nieve la hermosa cumbre”). Por lo tanto, el tema del poema
es el tópico literario por excelencia del renacimiento, el Carpe Diem, una
exhortación al aprovechamiento de la juventud, proveniente de la literatura
clásica latina. Este tema seria bien acogido en la mentalidad renacentista, ya
que refleja un sentido pagano de la existencia, impregnado de vitalismo,
característico de la nueva manera de entender la vida, humanista. La tercera
parte, versos 12-14, está escrita mayoritariamente en futuro, dando así una
sensación de lejanía pero certera. La vejez no le ha pasado factura todavía
pero en un tiempo lo hará, y no hay manera de salvarse. En resumen, concluye
destacando la acción destructora del tiempo y su vertiginosidad.
El poema consta de 14 versos endecasílabos (arte mayor),
dividido en dos cuartetos y dos tercetos, por lo tanto con estructura de
soneto. La rima es asonante durante todo el poema, con un esquema de ABBA ABBA
CDE DCE. El ritmo del poema es pausado,
no expresa urgencia, con el motivo de disfrutar de la juventud y de la belleza
mientras éstas duren. Podemos destacar un total de 4 tópicos literarios, tres de
los cuales son de vital importancia a la hora de diferenciar las partes del
poema. En los primeros dos cuartetos, se da una descriptio puellae,
tópico en el cual se describe a la mujer idealizadamente, según los criterios
renacentistas. A su vez, la descripción contiene tanto prosopografía,
descripción física en este caso de la mujer, como etopeya, una descripción más
profunda, describiendo los rasgos psicológicos y morales. En el primer terceto,
se aprecia el tópico renacentista del carpe diem, con el verbo que
inicia el terceto en imperativo, hecho que hace que sea sumamente fácil
encontrarlo, e identificar así el tema del poema, que coincide con el tópico.
En este terceto se encuentra también otro tópico literario, no de la
importancia de los dos anteriores pero relevante, ya que se relaciona con la
naturaleza renacentista, y a su vez con el paso del tiempo. El tópico en
cuestión es la representación de la edad del hombre o mujer según la estación
del año (“coged de vuestra alegre primavera”). Es un poema de gran riqueza en
cuanto a recursos sintácticos, fónicos y semánticos. Hay que destacar en líneas
generales, la adjetivación abundante de la obra, tanto positiva en los dos
cuartetos (“mirar ardiente”) como negativa en los tercetos (“tiempo airado”).
Algunos de ellos son epítetos, como “clara luz” o “alegre primavera”, que sirven para intensificar la naturaleza de
la propia palabra. El poeta logra transmitir el ritmo pausado mediante dos
encabalgamientos, en los versos 5 y 6, agilizando así esta parte del poema
contagiando la lectura de un ritmo suave y ligero. Relacionada con el ritmo
también, muy evidente es la anáfora “en tanto que” de los versos 1 y 5, que
insiste en la idea del paso del tiempo. Otro elemento que influye en el transcurso
del poema, es el movimiento del pelo de la amada que se representa en el verso
octavo con una gradación “el viento mueve, esparce y desordena”. Garcilaso
consigue la sensación de movimiento y viveza utilizando tres verbos en el mismo
verso y que además representan el movimiento del pelo causado por el viento. Predominan
en los cuartetos los substantivos concretos, tales como “gesto, mirada,
cabello, cuello…” con el fin de tener una prosopografía ordenada y detallada de
la mujer. Contrariamente, en los tercetos predominan substantivos simbólicos,
como “primavera, nieve o cumbre”, en una visión más metafórica de la mujer
descrita. Es apreciable un hipérbaton en el último terceto, cuyo orden lógico
sería:” el tiempo helado marchitará la rosa, la edad ligera lo mudará todo…” Se
trata de un hipérbaton suave propio de la sencillez y naturalidad del estilo
renacentista. El autor se sirve de metonimias, “gesto” refiriéndose al rostro,
y metáforas, con el fin de dar cierta complejidad a su obra y dotar de profundidad
y gran significado a cada uno de los versos. Este último recurso, la metáfora,
es utilizado con abundancia durante el poema, con el motivo de proveer al poema
de elementos cargados de sugerencias, dando así un significado connotativo al
texto. Ejemplos son, “hermosa cumbre”, “cabello de oro”…
Es un
poema corto, la dificultad de su comprensión indica que está dirigido a un
público inteligente, que debe encontrar el sentido connotativo completo del
texto para llegar a una comprensión total de éste. Es una obra renacentista en
su totalidad, Garcilaso consigue transmitir una sensación de equilibrio, ideal
artístico del movimiento cultural en cuestión. A pesar de su tono vitalista,
cabe destacar el matiz pesimista del desenlace, que marca el final del poema,
jugando con la idea del tiempo y su efecto en la juventud. El poeta no es el
primero en abordar el tema principal del
poema, el carpe diem, sino que muchos poetas latinos, incluso el mismo
Petrarca, habían escrito sobre ello anteriormente. Es un claro ejemplo de la imitatio,
uno de los principios artísticos del Renacimiento. Puestos a entender cómo era
la sociedad del momento, la descripción idealizada de la mujer en los primeros
cuartetos, nos dan una visión de cómo era el canon de belleza renacentista,
diferente al actual. Por último, este poema se puede aplicar a la sociedad de
hoy en día, específicamente a la juventud. Con una sociedad tan consumista, el carpe
diem está presente en la juventud actual, refiriéndome a la mentalidad de
gastar y salir de fiesta hoy, sin importar lo que deparará el mañana. Disfrutar
de los placeres de la vida sin importar todo lo demás, antes de llegar a la
edad adulta donde hay que asentar cabeza y esos hábitos dejar.
Hola. Muy buen comentario, pero tengo dos pequeñas correcciones. Los tercetos siguen la estructura "CDC DCD" y la rima del poema es consonante. Saludos y gracias por compartir.
ResponEliminaEl poeta aconseja a las mujeres a que aprovechen su juventud y disfruten de la vida antes de que se hagan viejas, pues el tiempo pasa muy rápido y todos los rasgos de su belleza se marchitarán. De la belleza femenina destaca los siguientes aspectos: el rostro sonrojado, la mirada viva y sincera que despierta el amor en el hombre y el pelo rubio que ondea por el cuello largo y blanco.
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