Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día,
y la última hora, negra y fría,
se acerca, de temor y sombras llena.
Si agradable descanso, paz serena,
la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.
¿Qué pretende el temor desacordado
de la que a rescatar, piadosa, viene
espíritu en miserias añudado?
Llegué rogada, pues mi bien previene;
hallame agradecido, no asustado;
mi vida acabe y mi vivir ordene.
Comentario:
Francisco de Quevedo, autor
madrileño del soneto “Ya formidable y espantoso suena”, fue un poeta barroco del famoso Siglo de
Oro español, considerado uno de los mejores escritores de la literatura
española. Fue uno de los máximos exponentes y representantes del conceptismo,
corriente de la literatura barroca en la que las palabras utilizadas adquieren
un gran valor en cuanto a significado, metodología representada por la
expresión francesa mot juste que se refiere a la búsqueda del máximo
significado con el uso mínimo de palabras. En este soneto, Quevedo ofrece una
visión de la muerte como a ángel liberador, perspectiva muy utilizada por
autores de su mismo tiempo. No obstante, anteriormente en la historia no se
había concebido siempre así. Para escritores renacentistas, la idea de la
muerte representaba el final de una vida llena de placeres y gozo, que suponía
el final del tópico característico del renacimiento, el Carpe Diem. Previo a la ideología
renacentista, estaba la medieval o de la Edad Media, que siendo una visión con
gran influencia religiosa también se veía a la muerte como a liberadora, dando
comienzo a una nueva vida en los dominios del dios adorado. Así pues, en este
poema se ven implícitos ambos elementos, tanto el conceptismo barroco
característico de Quevedo como la figura de la muerte percibida como a
salvadora de una vida llena de desgracia. Cabe destacar, que este poema fue
escrito en la parte final de su vida, donde se veía ya próximo a la muerte.
El poema es un soneto clásico,
formado por dos cuartetos y dos tercetos. En cuanto a estructura interna, se
pueden establecer un total de cuatro partes, claramente diferenciadas ya que a
final de cada estrofa hay un punto que marca el final de dicha parte. La
primera parte pues, la conformaría únicamente el primer cuarteto. Para iniciar
el soneto, el autor presenta a alguien o algo, cuyo nombre el lector no sabe
hasta el segundo cuarteto. Empieza esta descripción con dos adjetivos,
contradictorios, que desconciertan aún más al lector. Al presentar elementos
como “el postrer día” (el último día), “la última hora” o de “sombras llena”,
el lector puede llegar a descifrar el enigma del autor y llegar a la conclusión
de que el elemento presentado es la muerte. Debido a la gran adjetivación
presente en este cuarteto, el autor está dotando desde un principio al poema
con un tono oscuro y pesimista, característico del barroco. En esta parte,
todavía no se presenta a la muerte como a liberadora, sino que se hace una
descripción del momento en el que suele llegar ésta. Pasando ya a la segunda
parte o segundo cuarteto, se empieza a hablar de la muerte como tal, de manera
que, como buen poeta barroco, es presentada como a salvadora. Dice de ella que
“agradable descanso” trae, de una manera cortés y hasta con más caricia que
pena. En resumen, esta segunda parte muestra como Quevedo hasta desea la
muerte, ya que habla de ella sin miedo, dotándola de cualidades positivas que
un poeta renacentista nunca habría consentido. Cabe añadir, que esta segunda
parte guarda cierto parecido con el famoso poema de Jorge Manrique “Coplas a la
muerte de su padre”. La tercera parte o primer terceto es en su totalidad una
pregunta retórica. En este terceto el poeta viene a decir que no hay que tener
miedo a la muerte pues no es otra cosa que un espíritu que a rescatar al poeta
viene de una decadente España. Es en este terceto donde se ve de la manera más
clara, que sin lugar a dudas es un poema barroco. Quevedo presenta la muerte
como a salvadora, que viene a dar piedad al poeta. La última parte o segundo
terceto, viene a ser un resumen en forma de conclusión de lo que ha dicho el
poeta en las otras tres partes. El primer verso de esta parte, hace entender al
lector que la muerte llega por que el poeta se lo había pedido, ya que todo mal
hace acabar (símil al segundo cuarteto). El segundo verso, expone que el poeta
se halla hasta agradecido de que venga, y no asustado como nos podríamos pensar
(símil al primer terceto). En el tercer verso del terceto y último del poema,
Quevedo transmite lo que de la muerte espera, que acabe con su desgraciada vida
y que así su consciencia libere y ordene.
El poema consta de 14 versos
endecasílabos (arte mayor), dividido en dos cuartetos y dos tercetos, por lo
tanto con estructura de soneto. La rima es asonante durante todo el poema, con
un esquema de ABBA ABBA CDC DCD. Hay que
destacar en líneas generales la riqueza en cuanto a figuras retóricas, ya que
es obra de un poeta del conceptismo como Quevedo, máximo representante de éste.
En cuanto al plano fónico se refiere, hay dos encabalgamientos en los versos 3
y 4 con el motivo de dar énfasis a la palabra que viene a continuación. De esta
manera, dota también de cierta complejidad a la frase, característica típica
del Barroco. Hay que destacar en líneas generales, pasando ya al plano
morfosintáctico, el abundante uso de hipérbatos. De hecho, no hay frase en el
poema cuyo orden no se haya visto alterado. Este hecho dice mucho del poeta, que
cambiando el sentido lógico de las frases proporciona al poema cierta
complejidad, y hace más tediosa la tarea de comprensión de éste. De esta
manera, el poema solo puede ser entendido en su plenitud por aquellos que se
detengan y lo analicen minuciosamente. En el segundo terceto, hay un doble
epíteto en el primer verso, para indicar cuan buena y tranquila es la acción de
la muerte. Relacionado con la acción liberadora de la muerte, en el último
verso del poema, el poeta se vale de un paralelismo, comparando e igualando el
concepto del final de su vida con el de la acción de ordenar su vida,
recordando al lector que la muerte no tiene malicia. En este último terceto,
hay también una sucesión de verbos (“llegué”, “previene”, “halleme”, “acabe” y
“ordene”). Ésta dota al último terceto de cierta rapidez, que se asemeja a la
velocidad con la que llega la muerte, que el poeta en sus últimos días veía tan
próxima. Para tratar el abstracto tema
de la muerte, pasando de esta manera al plano léxico, el autor decide
personificarla durante todo el poema (“la muerte en traje de dolor envía,), de
manera que sea más sencilla el transmitir su acción salvadora al lector. Por último, cabe destacar la manera en la que
Quevedo empieza el poema, con una antítesis de los adjetivos “formidable” y
“espantoso”. Con este recurso, el autor transmite al lector como él ve la
muerte de una manera buena, positiva mientras que mucha gente, empezando por
aquellos todavía con mentalidad renacentista, la sigue viendo como a
destructora y origen de sus miedos.
Es un poema corto, pero debido al
conceptismo barroco que tan presente estaba en la obra de Quevedo es a su vez
un poema con extenso significado. El poeta logra expresar con solo 4 estrofas
un concepto tan grande como es el de la muerte. El lector cuando acaba de leer
el poema, necesita una segunda o incluso tercera lectura si quiere llegar a una
comprensión total de éste, pues al puro estilo barroco el soneto en cuestión
está escrito de manera enrevesada. El poema es un claro ejemplo de la visión
barroca de la época, personificando a la muerte y haciendo de ella un personaje
benévolo, librador de una vida desgraciada y de una sociedad que se encuentra
en decadencia.
Muy buen comentario para un muy buen poema. Me llama la atención ser el único que ha comentado. Pero, con lo que has escrito, me has ayudado más que a cualquiera que hubiese podido leer esto. Muchas gracias. Bendiciones.
ResponEliminaL'autor ha eliminat aquest comentari.
EliminaCierto, me olvidé de decir que la rima es consonante, no asonante.
EliminaTienes toda la razon respecto la rima! Mea culpa, si puedo lo corregiré, gracias!
EliminaTienes toda la razon respecto la rima! Mea culpa, si puedo lo corregiré, gracias!
EliminaBuen comentario!
ResponEliminaQuizás porque me gusta mucho Quevedo, pero a mí gusto es uno de los mejores sonetos que se han escrito, y el cual me quedo si hablamos de la muerte, tema presente en todos los poetas. El último terceto es una obra maestra definitiva. Sublime. Resumen total de la vida. Encontramos al poeta agradecido, y no asustado, rogando la muerte, porque su vida acaba pero es cuando comienza a vivir.
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