dimarts, 7 de juny del 2016

Comentario "Ya formidable y espantoso suena"

COMENTARIO DE TEXTO "YA FORMIDABLE Y ESPANTOSO SUENA" POR FRANCISCO DE QUEVEDO


Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día,

y la última hora, negra y fría,
se acerca, de temor y sombras llena.



Si agradable descanso, paz serena,
la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.



¿Qué pretende el temor desacordado
de la que a rescatar, piadosa, viene
espíritu en miserias añudado?



Llegué rogada, pues mi bien previene;
hallame agradecido, no asustado;
mi vida acabe y mi vivir ordene.

Comentario:


Francisco de Quevedo, autor madrileño del soneto “Ya formidable y espantoso suena”, fue un poeta barroco del famoso Siglo de Oro español, considerado uno de los mejores escritores de la literatura española. Fue uno de los máximos exponentes y representantes del conceptismo, corriente de la literatura barroca en la que las palabras utilizadas adquieren un gran valor en cuanto a significado, metodología representada por la expresión francesa mot juste que se refiere a la búsqueda del máximo significado con el uso mínimo de palabras. En este soneto, Quevedo ofrece una visión de la muerte como a ángel liberador, perspectiva muy utilizada por autores de su mismo tiempo. No obstante, anteriormente en la historia no se había concebido siempre así. Para escritores renacentistas, la idea de la muerte representaba el final de una vida llena de placeres y gozo, que suponía el final del tópico característico del renacimiento, el  Carpe Diem. Previo a la ideología renacentista, estaba la medieval o de la Edad Media, que siendo una visión con gran influencia religiosa también se veía a la muerte como a liberadora, dando comienzo a una nueva vida en los dominios del dios adorado. Así pues, en este poema se ven implícitos ambos elementos, tanto el conceptismo barroco característico de Quevedo como la figura de la muerte percibida como a salvadora de una vida llena de desgracia. Cabe destacar, que este poema fue escrito en la parte final de su vida, donde se veía ya próximo a la muerte.


El poema es un soneto clásico, formado por dos cuartetos y dos tercetos. En cuanto a estructura interna, se pueden establecer un total de cuatro partes, claramente diferenciadas ya que a final de cada estrofa hay un punto que marca el final de dicha parte. La primera parte pues, la conformaría únicamente el primer cuarteto. Para iniciar el soneto, el autor presenta a alguien o algo, cuyo nombre el lector no sabe hasta el segundo cuarteto. Empieza esta descripción con dos adjetivos, contradictorios, que desconciertan aún más al lector. Al presentar elementos como “el postrer día” (el último día), “la última hora” o de “sombras llena”, el lector puede llegar a descifrar el enigma del autor y llegar a la conclusión de que el elemento presentado es la muerte. Debido a la gran adjetivación presente en este cuarteto, el autor está dotando desde un principio al poema con un tono oscuro y pesimista, característico del barroco. En esta parte, todavía no se presenta a la muerte como a liberadora, sino que se hace una descripción del momento en el que suele llegar ésta. Pasando ya a la segunda parte o segundo cuarteto, se empieza a hablar de la muerte como tal, de manera que, como buen poeta barroco, es presentada como a salvadora. Dice de ella que “agradable descanso” trae, de una manera cortés y hasta con más caricia que pena. En resumen, esta segunda parte muestra como Quevedo hasta desea la muerte, ya que habla de ella sin miedo, dotándola de cualidades positivas que un poeta renacentista nunca habría consentido. Cabe añadir, que esta segunda parte guarda cierto parecido con el famoso poema de Jorge Manrique “Coplas a la muerte de su padre”. La tercera parte o primer terceto es en su totalidad una pregunta retórica. En este terceto el poeta viene a decir que no hay que tener miedo a la muerte pues no es otra cosa que un espíritu que a rescatar al poeta viene de una decadente España. Es en este terceto donde se ve de la manera más clara, que sin lugar a dudas es un poema barroco. Quevedo presenta la muerte como a salvadora, que viene a dar piedad al poeta. La última parte o segundo terceto, viene a ser un resumen en forma de conclusión de lo que ha dicho el poeta en las otras tres partes. El primer verso de esta parte, hace entender al lector que la muerte llega por que el poeta se lo había pedido, ya que todo mal hace acabar (símil al segundo cuarteto). El segundo verso, expone que el poeta se halla hasta agradecido de que venga, y no asustado como nos podríamos pensar (símil al primer terceto). En el tercer verso del terceto y último del poema, Quevedo transmite lo que de la muerte espera, que acabe con su desgraciada vida y que así su consciencia libere y ordene.

El poema consta de 14 versos endecasílabos (arte mayor), dividido en dos cuartetos y dos tercetos, por lo tanto con estructura de soneto. La rima es asonante durante todo el poema, con un esquema de ABBA ABBA CDC  DCD. Hay que destacar en líneas generales la riqueza en cuanto a figuras retóricas, ya que es obra de un poeta del conceptismo como Quevedo, máximo representante de éste. En cuanto al plano fónico se refiere, hay dos encabalgamientos en los versos 3 y 4 con el motivo de dar énfasis a la palabra que viene a continuación. De esta manera, dota también de cierta complejidad a la frase, característica típica del Barroco. Hay que destacar en líneas generales, pasando ya al plano morfosintáctico, el abundante uso de hipérbatos. De hecho, no hay frase en el poema cuyo orden no se haya visto alterado. Este hecho dice mucho del poeta, que cambiando el sentido lógico de las frases proporciona al poema cierta complejidad, y hace más tediosa la tarea de comprensión de éste. De esta manera, el poema solo puede ser entendido en su plenitud por aquellos que se detengan y lo analicen minuciosamente. En el segundo terceto, hay un doble epíteto en el primer verso, para indicar cuan buena y tranquila es la acción de la muerte. Relacionado con la acción liberadora de la muerte, en el último verso del poema, el poeta se vale de un paralelismo, comparando e igualando el concepto del final de su vida con el de la acción de ordenar su vida, recordando al lector que la muerte no tiene malicia. En este último terceto, hay también una sucesión de verbos (“llegué”, “previene”, “halleme”, “acabe” y “ordene”). Ésta dota al último terceto de cierta rapidez, que se asemeja a la velocidad con la que llega la muerte, que el poeta en sus últimos días veía tan próxima.  Para tratar el abstracto tema de la muerte, pasando de esta manera al plano léxico, el autor decide personificarla durante todo el poema (“la muerte en traje de dolor envía,), de manera que sea más sencilla el transmitir su acción salvadora al lector.  Por último, cabe destacar la manera en la que Quevedo empieza el poema, con una antítesis de los adjetivos “formidable” y “espantoso”. Con este recurso, el autor transmite al lector como él ve la muerte de una manera buena, positiva mientras que mucha gente, empezando por aquellos todavía con mentalidad renacentista, la sigue viendo como a destructora y origen de sus miedos.

Es un poema corto, pero debido al conceptismo barroco que tan presente estaba en la obra de Quevedo es a su vez un poema con extenso significado. El poeta logra expresar con solo 4 estrofas un concepto tan grande como es el de la muerte. El lector cuando acaba de leer el poema, necesita una segunda o incluso tercera lectura si quiere llegar a una comprensión total de éste, pues al puro estilo barroco el soneto en cuestión está escrito de manera enrevesada. El poema es un claro ejemplo de la visión barroca de la época, personificando a la muerte y haciendo de ella un personaje benévolo, librador de una vida desgraciada y de una sociedad que se encuentra en decadencia.

7 comentaris:

  1. Muy buen comentario para un muy buen poema. Me llama la atención ser el único que ha comentado. Pero, con lo que has escrito, me has ayudado más que a cualquiera que hubiese podido leer esto. Muchas gracias. Bendiciones.

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    2. Cierto, me olvidé de decir que la rima es consonante, no asonante.

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    3. Tienes toda la razon respecto la rima! Mea culpa, si puedo lo corregiré, gracias!

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    4. Tienes toda la razon respecto la rima! Mea culpa, si puedo lo corregiré, gracias!

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  2. Quizás porque me gusta mucho Quevedo, pero a mí gusto es uno de los mejores sonetos que se han escrito, y el cual me quedo si hablamos de la muerte, tema presente en todos los poetas. El último terceto es una obra maestra definitiva. Sublime. Resumen total de la vida. Encontramos al poeta agradecido, y no asustado, rogando la muerte, porque su vida acaba pero es cuando comienza a vivir.

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